En esta ocasión nos parece que estamos más bien ante una novela
costumbrista más que una novela histórica propiamente dicha ya que no aparecen
ni personajes ni acontecimientos históricos rigurosamente descritos y en torno
a los cuales se monte la ficción de las protagonistas.
Se comenta
positivamente acerca de las descripciones hechas sobre las niñas, se plantea
que tal vez pueda verse un sustrato nihilista tras esta narración, en donde se
pone en cuestión la ancestral cultura del “Celeste Imperio”, entre cuyos valores
parece dominar la frialdad afectiva y el bajo nivel de apego familiar, siendo
sin embargo esta unidad social, la de la familia, la base fundamental de su
cultura. Es de destacar también el acentuado sistema de creencias religiosas en
el ámbito femenino.
La autora destaca
la importancia de la verdadera amistad entre mujeres como compensación a la
fría y agresiva relación institucional en el matrimonio, llevando a la
existencia reconocida como figura social del “laotong” como vínculo hasta
contractual entre estas mujeres y, como algunas lectoras han creído entrever,
una figura muy sugerente acerca de esta relación como una relación un tanto
lésbica.
También es de
destacar la importancia del procesamiento erróneo de la información, hecho éste
que en la narración nos aparece como causa de ruptura temporal entre las dos
protagonistas, Lirio Blanco y Flor de Nieve, y cuya superación nos indica la
gran capacidad de resiliencia de las protagonistas.
La autora nos
sitúa en la China del siglo XIX y, por los datos que aparecen en determinado
momento, nos está llevando a un marco temporal muy concreto y es el de las
consecuencias para China de las guerras del opio llevadas a cabo por
narcotraficantes ingleses apoyados por las fuerzas armadas británicas,
consecuencias que fueron nefastas para muchísimas familias chinas, rompiendo
así la célula básica de su cultura social.
Resumiendo,
podríamos decir que esta novela tiene como ideas centrales: La importancia de
una amistad verdadera y genuina; La lucha por la libertad y la identidad
propias desafiando las restricciones de su propia cultura; La brutal opresión
de género con la que son marginadas y limitadas las mujeres en sus roles
tradicionales por parte de una sociedad tremendamente patriarcal.
Como de costumbre,
terminamos dando una nota media de calificación de la satisfacción de los
lectores con esta obra y fue de 7 sobre 10.
También hubo algunos lectores que manifestaron su
desagrado ante una lectura tan penosa y sobre una cultura como la China de la
que somos tan desconocedores y que nos resulta tan poco atractiva.
Hacemos resaltar
la idea de que es evidente que hemos de leer de todo y que, entre 25 miembros
que somos en este Club de Lectura, siempre habrá apreciaciones muy diversas y
distanciadas sobre una misma obra, pero que esto nos llevará siempre a un mutuo
entendimiento, como así parece manifestarse en nuestro Club.
Además de enseñar mucho sobre la cultura china del siglo pasado, en mi opinión, El Abanico de Seda es un libro que hay que leer para saber valorar más la suerte que hemos tenido las mujeres de nacer aquí y ahora.
ResponderEliminarAterra ver cómo en amplias zonas del mundo las mujeres no han sido consideradas personas, sino solo meros "recipientes" para traer descendientes a sus maridos y exclavas encerradas en una habitación de por vida desde la que solo ven el trocito de calle que se divisa tras la celosía de esa habitación. ¿Para qué se les rompían los huesos de los pies y se les deformaban si no era para enseñarles a ser las mejores exclavas y para que sus posibles maridos pudieran comprobar antes de elegirlas que estaban suficientemente domadas...? ¿No era acaso para los hombres el sentir ese poder y control lo que convertía a sus ojos unos pies horribles y deformes en fetiche sexual...?
Desgraciadamente, algunas partes del mundo no han cambiado tanto. Duele saber que las tropas de nuestros "civilizados" países, a sabiendas de lo que iba a ocurrir al entregar el poder de nuevo a los Talibán en Afganistán, han abandonado a las afganas en manos de esos salvajes que las tratan igual que a las chinas de antaño, como animales y como exclavas sexuales...
Sin duda, hay que leer el libro y sentir la impotencia de ver cuán injusta puede llegar a ser la vida dependiendo de dónde y cuándo nazcas y así valorar más que la lucha de muchas mujeres y hombres han conseguido grandes avances, y los siguen consiguiendo, para todas y para "todos"... sí, también para los hombres, porque no hay nada que llene más a un ser humano, mujer u hombre, que compartir el calor y la comunicación con otro ser humano. Como dicen los sociólogos, somos animales "sociales" y, sin la parte social, tendríamos solo los instintos y comportamientos animales, tal y como se ha observado en los diversos casos de niños salvajes...
Muy interesante para entender otros modos y costumbres tan distintos a nuestra civilización y nuestra historia.
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