Ha
sido una novela que ha agradado de forma general, aunque literariamente, como
novela, nos haya parecido también floja, construida a base de mucho diálogo
directo, pocas descripciones y muchas presunciones históricas que, a veces, nos
han parecido pintorescas; no obstante, nos ha llevado a un conocimiento más
cercano, tanto de la época como de las formas de vida y costumbres.
En
un párrafo del Prólogo nos sintetiza lo que aquella época histórica suponía,
dice así: “El poder era nuestro, nuestros los castillos y vasallos, nuestra
toda la riqueza de lo que más tarde se llamaría Europa. Nuestras fueron ……….”
estaba claro, el mundo era el cortijo a repartir entre unas cuantas familias.
La
protagonista de la obra, Leonor de Aquitania, un gran personaje histórico que
llegó a tener en sus manos tres reinos europeos, nos la presenta su autora como
una niña muy educada y experimentada desde corta edad, extremo éste que muchas
veces nos resulta inverosímil y también difícil de comprobar, aunque dada su
longevidad tuvo que tener, ciertamente, un dilatado bagaje de experiencias.
La
autora nos trae un narrador en primera persona para Leonor y Luy mientas que
para el resto se basta con un narrador en tercera persona, un narrador
omnisciente. Eso sí, nos llena de nombres, de perfiles temperamentales y de
lazos familiares que, a veces, nos obligan a retroceder en la lectura y
repasar.
Algunos
lectores opinan que no encuentran en
esta obra cuál es el mérito para un premio como el que obtuvo, el
Planeta. Otros opinan que estos premios, ya preparados, sólo dan lugar a “obras
por encargo”, mucha bibliografía consultada por una legión de colaboradores y
un hilo que ensarta sus informaciones de forma rápida y sin muchas
profundizaciones.
Al
final, entre los 17 asistentes a la reunión obtuvo una calificación de 6,5
sobre 10.
En
verdad dio para más de hora y media de comentarios, discrepantes unos y a favor
otros, por lo cual fue muy elogiada.